
Pancreatitis en perros: ¿cómo tratarla y prevenir recaídas?
Si tu perro tiene vómitos, se muestra apagado y no quiere comer, es normal que te preocupes. ¿Qué le ocurre? ¿Qué puedes hacer por él? Una de las posibles causas detrás de estos síntomas es la pancreatitis, una inflamación del páncreas que puede afectar gravemente su salud.
Detectarla a tiempo y seguir el tratamiento adecuado es clave para la recuperación y la prevención de futuras recaídas. Por eso, como no queremos ver sufrir a esos peludos, en este artículo te explicamos todo lo que necesitas saber sobre la pancreatitis en perros: cómo reconocerla, cómo tratarla y qué dieta es la más recomendable.
¡Vamos a verlo!
¿Qué es la pancreatitis en perros?
Puede que el páncreas sea un órgano pequeño, pero tiene un papel enorme en la digestión de los perros. Y es que se encarga de producir enzimas que ayudan a descomponer los alimentos y, además, fabrica insulina para regular los niveles de azúcar en sangre.
Entonces, ¿qué pasa cuando este órgano se inflama? Pues que las enzimas digestivas pueden activarse antes de tiempo y empezar a "digerir" el propio páncreas. Sí, suena tan grave como es: provoca mucho dolor, inflamación y, en casos graves, puede afectar a otros órganos como el hígado, los riñones y el intestino.
La pancreatitis puede aparecer de dos formas:
- Aguda: aparece de repente, con síntomas intensos y requiere atención veterinaria urgente.
- Crónica: se desarrolla con el tiempo y, aunque los síntomas pueden ser más leves, el daño al páncreas se acumula y aumenta el riesgo de problemas a largo plazo.
Ambos tipos requieren atención veterinaria, ya que, si no se tratan adecuadamente, pueden poner en riesgo la vida del perro.
Síntomas de la pancreatitis en los perros
Imagínate que después de una comida normal, tu perro empieza a comportarse raro. No quiere moverse, parece incómodo y hasta rechaza su comida favorita, y como si le sentara mal, vomita. ¿Qué le ocurre? Si es algo puntual, a lo mejor sí que le ha sentado mal algo, pero si la situación continúa, lo mejor es ponerse alerta. si la situación continúa, lo mejor es ponerse alerta
Para ello es imprescindible saber identificar los síntomas a tiempo, para actuar rápidamente y evitar complicaciones graves:
- Vómitos recurrentes: el perro puede vomitar de forma continua o intermitente, a veces con presencia de bilis.
- Dolor abdominal: se muestra encorvado, incómodo al ser tocado o evita moverse para no agravar el dolor.
- Fiebre: la temperatura corporal se eleva debido a la inflamación del páncreas.
- Letargo o debilidad: el perro se muestra apático, sin energía y duerme más de lo habitual.
- Pérdida de apetito: rechaza la comida por completo debido al malestar abdominal.
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Diarrea: presenta heces blandas o líquidas, a veces con mal olor o sangre.
Síntomas adicionales que pueden aparecer:
Además de los signos más evidentes, la pancreatitis en perros puede manifestarse con otros síntomas que, aunque menos conocidos, son igual de importantes para detectar la enfermedad a tiempo:
- Deshidratación: encías secas, pérdida de elasticidad en la piel y ojos hundidos.
- Respiración acelerada o dificultad para respirar: en casos graves, la inflamación puede afectar el funcionamiento de otros órganos.
- Ictericia: coloración amarillenta en las encías, ojos o piel, indicando posible afectación hepática.
- Temblores o escalofríos: puede ser un indicio de dolor intenso o fiebre.
¿Cuándo acudir al veterinario?
Si tu perro presenta uno o más de estos síntomas, especialmente si son persistentes o severos, ¡no esperes a que se le pase! La pancreatitis puede avanzar rápidamente y poner en riesgo la vida del animal si no se trata a tiempo.
Tampoco es recomendable que trates los síntomas en casa, ya que el manejo adecuado requiere diagnóstico profesional y, en muchos casos, hospitalización y terapia intravenosa.
Causas de la pancreatitis en los perros
Pero, ¿por qué se encuentra así nuestro perrete? ¿Qué ha pasado para que se encuentre mal?
La pancreatitis en los perros puede ser provocada por múltiples factores, tanto internos como externos. ¿Y sabías que su dieta juega un papel muy importante? Una de las causas más comunes es una alimentación rica en grasas, ya que las dietas con alto contenido graso pueden sobrecargar el páncreas y desencadenar la inflamación. Por eso, la obesidad también es un factor de riesgo importante, ya que el exceso de peso contribuye a problemas metabólicos que afectan el funcionamiento normal del páncreas.
Además, ciertos medicamentos, como los corticosteroides o algunos diuréticos, pueden alterar el metabolismo y aumentar la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
¿Existen otros factores? ¡Pues claro! Algunos traumatismos abdominales, como golpes o lesiones que pueden inflamar el órgano, así como condiciones médicas subyacentes como la diabetes o enfermedades hepáticas. También existen factores genéticos, ya que algunas razas son más propensas a desarrollar pancreatitis, entre ellas el Schnauzer miniatura, el Yorkshire Terrier y el Cocker Spaniel.
No obstante, no te centres en uno solo de estos motivos, ya que en muchos casos, la pancreatitis puede ser el resultado de una combinación de estos factores, por lo que es importante conocer los riesgos y tomar medidas preventivas cuando sea posible.
¿Cómo tratar la pancreatitis en los perros?
Como ya te comentamos, la pancreatitis puede agravarse muy rápido, por lo que el tratamiento debe ser inmediato y supervisado por un veterinario, para que nuestro compañero recupere la salud cuanto antes.
La prioridad es controlar su dolor y reducir la inflamación del páncreas. Pero, ¿cómo se trata? Pues lo cierto es que el enfoque puede variar según la gravedad del caso, pero generalmente incluye:
1. Hospitalización
En casos moderados a graves, la hospitalización es necesaria para monitorear al peludo de cerca y proporcionarle la atención intensiva que merece. El veterinario puede realizar análisis de sangre, ecografías y otros exámenes para evaluar el estado del páncreas y descartar complicaciones en otros órganos.
2. Hidratación intravenosa (suero)
La deshidratación es común debido a los vómitos y la diarrea, por lo que la terapia intravenosa es fundamental para restablecer el equilibrio de líquidos y electrolitos. Esto también ayuda a mantener el flujo sanguíneo hacia el páncreas, favoreciendo su recuperación.
3. Control del dolor
Lamentablemente, la pancreatitis es una condición muy dolorosa. Por eso el veterinario normalmente administra analgésicos adecuados, como opioides o medicamentos antiinflamatorios específicos, para aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida del perro durante el tratamiento.
4. Ayuno temporal
En algunos casos, se recomienda suspender la alimentación durante 24 a 48 horas para dar descanso al páncreas y reducir la producción de enzimas digestivas. Una vez que los síntomas mejoran, se introduce una dieta blanda y baja en grasas de manera gradual.
5. Medicación específica
Se pueden utilizar antieméticos para controlar los vómitos y prevenir la deshidratación, lo cual es esencial en la recuperación. Además, si se sospecha de infecciones bacterianas secundarias o complicaciones como abscesos pancreáticos, se administran antibióticos para evitar la propagación de infecciones.
También se pueden recetar protectores gástricos para reducir la acidez estomacal y proteger el revestimiento digestivo, ayudando a prevenir úlceras y otras complicaciones relacionadas.
6. Manejo en casa y seguimiento
Una vez estabilizado, el perro puede continuar el tratamiento en casa con una dieta especial y medicación prescrita por el veterinario. Es fundamental asistir a las consultas de seguimiento para monitorear la recuperación y ajustar el tratamiento si es necesario.
La pancreatitis puede ser una enfermedad recurrente, por lo que además del tratamiento, es importante mimar mucho la dieta y el estilo de vida de nuestro amigo canino para prevenir futuras recaídas.
La dieta que necesita tu perro si padece pancreatitis
Como ya te hemos mencionado, la alimentación juega un papel fundamental: es un componente crucial en la recuperación de un perro con pancreatitis, no solo para su bienestar inmediato, sino también para prevenir recaídas futuras.
Por eso es tan importante entender qué es lo que necesita comer nuestro perro y así poder adoptar una dieta adecuada que nos ayude a reducir la inflamación del páncreas, mejorar la digestión y mantener un peso saludable.
Baja en grasas
Una dieta baja en grasas es lo más esencial para el manejo de la pancreatitis. ¿Por qué? Porque el páncreas produce enzimas para descomponer las grasas, y cuando está inflamado, no puede manejar grandes cantidades de grasa eficientemente, lo que podría empeorar la condición. Al reducir la ingesta de grasa, se minimiza la sobrecarga en el páncreas y se favorece su recuperación.
Alimentos fácilmente digeribles
El consumo de alimentos fácilmente digeribles, como arroz hervido y pollo sin piel, es fundamental. Estos alimentos son suaves para el sistema digestivo y permiten que el páncreas se recupere sin tener que trabajar en exceso. Además, ¿sabías que muchas dietas veterinarias formuladas específicamente para perros con pancreatitis están enriquecidas con nutrientes que promueven la salud digestiva y ayudan a reducir la inflamación?
Comidas pequeñas y frecuentes
¿Te acuerdas de ese dicho de “lo bueno si breve, dos veces bueno”? Pues eso ocurre con las comidas de un perrete con pancreatitis: pequeñas y frecuentes son clave para no sobrecargar el páncreas. Ofrecer varias comidas al día en lugar de una o dos grandes porciones permite que el sistema digestivo trabaje de manera más eficiente y reduce el riesgo de que el páncreas sea forzado a producir demasiadas enzimas de una sola vez.
Evitar golosinas y sobras de comida humana
Es importante también evitar golosinas y sobras de comida humana, ya que estos alimentos suelen ser altos en grasas y pueden empeorar la pancreatitis o desencadenar nuevos episodios. Los alimentos para humanos, especialmente los ricos en grasas o especias, no están diseñados para la digestión canina y pueden ser perjudiciales. ¡Tenlo siempre en mente!
Consulta siempre con el veterinario
Por último, ¡y muy importante!, siempre es recomendable consultar con el veterinario para ajustar la dieta de acuerdo con las necesidades específicas de tu perro. El veterinario puede proporcionar orientación sobre los tipos de alimentos más adecuados, las cantidades a administrar y la frecuencia de las comidas, asegurando que tu perro reciba el soporte nutricional adecuado para su recuperación y bienestar general.
En definitiva, como has podido comprobar, una dieta adecuada es fundamental para la recuperación de un perro con pancreatitis y para prevenir futuras recaídas. Siempre sigue las recomendaciones de tu veterinario para asegurar que tu mascota reciba la mejor atención y alimentación posible.